UNO de los siete negocios cerrados en la zona de la playa del Paseo del Arenal de Jávea a mediados de mayo reabrió el sábado.
La discoteca Achill es uno de los tres establecimientos propiedad de Javea Company en la misma cuadra.
Un juez de Alicante permitió que el recinto clausurara mientras el propietario de la Compañía de Jávea, Edgar Slamar, continúa con su impugnación legal de reapertura contra un cierre definitivo.
Se ha afirmado que Slamar y otros comerciantes no tenían las licencias de operación apropiadas.
En febrero, la Agencia Valenciana Antifraude dictaminó que siete empresas en el sitio no habían informado a las autoridades costeras sobre el uso de la tierra protegida.
Actuaron ante una denuncia de un ‘vecino’ por un presunto exceso de ruido.
Ayuntamiento de Jávea a través de la Policía Local avisos de cierre forzoso tres meses después.
La Compañía de Jávea está ahora a la espera de que el mismo tribunal le diga si sus bares Acqua y La Bambula pueden reabrir.
Dos negocios, Atalaya y Balthasar, según el Ayuntamiento de Jávea en mayo, habían ‘iniciado’ cambios de planificación para permitirles volver a comerciar, pero no han vuelto a abrir.
Los restaurantes Salt y Botanico también cerraron en mayo y, según se informa, presentaron impugnaciones legales.
Edgar Slamar protagonizó una ruidosa ‘cacerolada’ hace dos meses a la que asistieron más de 300 personas para protestar contra los cierres.
Slamar dijo que ha pasado ’25 años tratando de obtener una licencia’ para sus negocios.
“Hay mil locales en Jávea sin licencia”, afirmó.
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