Al abordar los 506 casos de abuso clerical que tiene registrado la Conferencia Episcopal Española, el vocero de la conferencia, Monseñor Luis Argüello, expresó la voluntad de la Iglesia de que “brille la verdad” tanto para la reparación de las víctimas, como para que los miles que sirven en la Iglesia hagan No vivir injustamente bajo «permanente sospecha».
Monseñor Argüello, quien también es secretario general de la conferencia, informó los resultados de la 258 reunión de la comisión sobre abuso sexual de la conferencia sobre los avances que promueve la Iglesia en España para la prevención y lucha contra el abuso sexual.
El prelado señaló que “todas las iniciativas que permitan desenmascarar, atender y acabar con el flagelo de los abusos en la sociedad y en la Iglesia cuentan siempre con el apoyo de la Iglesia y de las comunidades cristianas”.
Señaló que desde hace dos años, la Iglesia en España ha abierto 202 oficinas en las diócesis y congregaciones religiosas para recibir denuncias e investigar casos de “abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia”.
Explicó que las oficinas también reciben “denuncias de abusos cometidos en el pasado”, y que cuando se conocen abusos cometidos en el presente, “tienen inmediatamente los protocolos, la instrucción para comunicar estas denuncias a las autoridades civiles, como de hecho se ha se ha hecho en los casos que se han dado, especialmente en el siglo XXI”.
Monseñor Argüello dijo que este esfuerzo “les ha permitido conocer de primera mano el drama de 506 personas a las que ofrecemos, hemos ofrecido y queremos ofrecer en el futuro, reconocimiento y reparación”.
El vocero dijo que las oficinas fueron creadas para prevenir el abuso de menores y para recibir a las víctimas.
“También son los encargados de establecer protocolos de actuación y formación para la protección de los menores y la protección frente al maltrato”, añadió.
El prelado afirmó que cuentan con 60 oficinas diocesanas e interdiocesanas ya que “algunas de las 70 diócesis se han agrupado en provincias eclesiásticas”.
Explicó que las oficinas interdiocesanas cuentan con un “lugar de recepción, un correo electrónico, una dirección en cada una de las 70 diócesis”.
Además, señaló que se abrieron 142 oficinas en las 121 congregaciones religiosas del país.
Monseñor Argüello dijo que en las oficinas “se han recibido informaciones o denuncias sobre 506 casos de abusos”, que “incluyen los recibidos recientemente del dossier ofrecido por el diario El País”. Agregó que algunos de los 251 casos reportados por los medios españoles “ya habían sido recibidos en las oficinas, otros no”.
El secretario general de la conferencia episcopal explicó que “algunos de estos casos ya son conocidos”, otros “se abrieron paso por el ámbito civil y canónico”, y “otros han sido reconocidos recientemente a partir de las denuncias presentadas en las oficinas o a través de la medios de comunicación.»
El prelado señaló que “los casos se están investigando en las oficinas sin importar la prescripción o la muerte del imputado” y que “de estos 506 casos, hay 103 personas que ya han fallecido”. Asimismo, dijo que 300 “son por denuncias que se han producido hace más de 30 años”.
No obstante, subrayó que se investigan todos los casos que llegan, incluso los que ya están inaplicables “tanto civil como canónicamente”, porque el objetivo es “conocer las circunstancias de lo sucedido”.
“Las denuncias se refieren a clérigos, sacerdotes, sacerdotes diocesanos, religiosos presbíteros, religiosos ordenados, religiosos no ordenados y popularmente llamados ‘hermanos’, y laicos que tienen alguna tarea o trabajo dentro de la Iglesia”, dijo.
Finalmente, el prelado señaló que “la Iglesia mantiene su compromiso de desarrollar procesos de formación que impidan, en la medida de lo humanamente posible, que esta situación se produzca tanto en el presente como en el futuro, así como apartar a aquellas personas que demuestren ser indigno de.»
Asimismo, resaltó que el objetivo es también salvaguardar la integridad de los integrantes que cumplen dignamente con dedicación su misión y no merecen vivir bajo sospecha o acusación.
“Queremos que resplandezca la verdad para que no haya lobos que se disfracen de corderos y sean pastores”, dijo.
“Pero también, para que decenas de miles de personas que dan su vida y lo han hecho a lo largo de todas estas décadas en la actividad educativa, catequística y misionera, no sean objeto de una sospecha permanente y que no se pueda decir, porque es manifiestamente injusto, que la Iglesia sea un lugar inseguro para los niños, adolescentes y jóvenes”, ha dicho el portavoz de la Conferencia Episcopal Española.
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