Este jueves 15 de diciembre de 2022, la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo fue aprobada por el Congreso de los Diputados -cámara baja española- por 190 votos a favor, 154 en contra y cinco abstenciones. Este es un paso decisivo, aunque la ley aún tiene que pasar por el Senado.
Los elementos salientes de esta reforma muestran un refuerzo y una voluntad de impedir cualquier obstáculo a la cultura de la muerte.
La ley reduce la edad para abortar a 16 años sin el consentimiento de los padres. Ya había dispositivos especiales que permitían esto, pero ahora será la regla. Es difícil entender ese tipo de lógica. Un aborto a esa edad es catastrófico, y esta rebaja del límite de edad promoverá una mayor promiscuidad, ya que “hay solución”.
Además, la ley también elimina el plazo de reflexión de tres días que existe actualmente entre la primera solicitud y el asesinato del bebé, así como la obligación de recibir información sobre los recursos y ayudas disponibles en caso de continuación del embarazo. . .
Estas disposiciones muestran el carácter puramente ideológico que anima a los legisladores. No importa que una mujer dude y decida quedarse con su hijo después de reflexionar, debe poder abortar de inmediato. No se le puede permitir cuestionar su decisión si descubre la ayuda que podría permitirle quedarse con su hijo.
La ley también propone una estigmatización de los médicos que se oponen al aborto. En un esfuerzo por atacar la objeción de conciencia, la ley crea un registro de profesionales médicos que se niegan a matar a un niño en el vientre de su madre.
Los médicos que se opongan serán excluidos de los “comités clínicos” que intervienen para confirmar o no la enfermedad grave o incurable del feto en los casos en que la madre invoque razones médicas para interrumpir el embarazo.
Así, la reforma prohibirá evaluar estos casos a los médicos que hayan declarado su objeción de conciencia, así como a los que hayan estado inscritos en este registro de objetores en los últimos tres años. Hay que creer que la objeción al aborto imposibilita discernir ciertos casos clínicos o que la decisión se pueda tomar entre personas «razonables».
Finalmente, los centros de salud distribuirán la píldora del día después de forma gratuita y en los servicios de “salud sexual y reproductiva”. En la actualidad, esta pastilla solo está disponible en farmacias por un importe de unos 20 euros.
Como ya se ha dicho, el texto debe pasar ahora al Senado, pero es poco probable que eso detenga la aprobación de la ley.
Esta reforma tiene por tanto todas las posibilidades de quedar tallada en piedra, para gran desgracia de los niños sacrificados en el altar de la ideología, de las mujeres que también suelen ser víctimas, y de toda la sociedad española.
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