La sequía es innegable en España. Según un informe elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) sobre la sequía y escasez de agua en España, en julio de 2022, el 32,6% del territorio de España se enfrentaba a una situación de “sequía prolongada”. Además, el volumen actual de agua en la reserva hidrográfica nacional se sitúa en el 39,9%, casi un 10% menos que en el mismo mes del año anterior. Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, ha declarado que el actual déficit hídrico es el más grave de los últimos quince años.
Ante esta situación, algunas regiones han tenido que tomar ciertas medidas para asegurar el ahorro de agua y garantizar el abastecimiento público.
En Cataluña, donde las reservas de agua de los embalses de las cuencas interiores se sitúan en el 42% y el embalse de Riabl en solo el 13%, la Agencia Catalana del Agua ha anunciado que tiene previsto implantar restricciones parciales en Barcelona, a partir de septiembre, que limitarse a usos urbanos y recreativos. Desde finales de julio, la Agencia Catalana del Agua ya ha aplicado restricciones al consumo de agua para usos agrícolas, industriales y recreativos en 135 municipios.
En Galicia, la Xunta declaró el pasado mes de julio la prealerta por sequía en todo el distrito hidrográfico de Galicia-Costa, y la administración local de Pontevedra, donde hay sequía prolongada, ya prohíbe utilizar agua apta para el consumo humano para llenar las piscinas.
Andalucía ha solicitado la celebración de una reunión urgente de la Junta Nacional de Sequía para dar respuesta a la escasez de agua en las cuencas. La cuenca del Guadalquivir se encuentra actualmente al 24% de su capacidad total, y es la cuenca seca de todo el territorio español.
En el País Vasco, la sequía está afectando a la agricultura, en particular a la uva para la vinificación y las cosechas de cereales, que se han visto especialmente agravadas por los incendios de la temporada estival. Además, el suministro de agua de algunas áreas de la comunidad (alrededor del 10 por ciento) se ve afectado.
En Extremadura, la alerta por sequía está activa en el sistema de abastecimiento del embalse de Los Molinos desde junio de este año.
En Castilla y León, los usos recreativos y ornamentales del agua están limitados desde el 3 de julio.
La sequía es un fenómeno natural y recurrente propio del clima mediterráneo que predomina en la Península Ibérica. Sin embargo, estas sequías podrían volverse más frecuentes e intensas como consecuencia del cambio climático, afirma Rafa Seiz, técnico de políticas del Programa Agua de WWF España y Water Expert. “Tenemos que adaptarnos a estas nuevas condiciones más extremas, tanto a nivel individual como colectivo”, añadió.
Fuente: iagua.es